martes, 26 de mayo de 2009

Cementerio de El Poblado

En pleno corazón de una zona industrial

Parece que el desarrollo hubiera pasado desapercibido por el Barrio Manila. Cualquier persona común y corriente que transite por estas calles no se imaginaría que hay un lugar donde los muertos descansan.

En medio de un edificio de oficinas y ventas de carros de lujo, está el Cementerio de El Poblado, un lugar libre de bullicio, tranquilo, pacífico, agradable y poco visitado; adornado de hermosos y florecidos jardines que permiten ver la sencillez y la igualdad, entre cada una de sus lápidas; este sitio sobresale por su organización, dando la impresión de estar en un convento o una casa espiritual.



Como todo lugar, necesita un guardián, aquí va más allá de un perro o un celador; es la presencia de Dios que ubicado en la cima y el centro del cementerio le da protección divina a sus residentes y esperanza de un próximo y anhelado encuentro a los que van a visitarlos.

Llegar a este lugar escondido es muy fácil en comparación con otros cementerios, el recorrido es corto aunque con mucho significado. A pesar de su antigüedad muchas lápidas aún esperan ser usadas, y es así como este cementerio asegura al igual que sus habitantes la eternidad.

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